Sintomatología Depresiva en la niñez

La depresión infantil es un estado de ánimo en el que prevalece la tristeza, afectando el comportamiento del niño en su entorno familiar y escolar, con una persistencia de aproximadamente dos semanas a un mes o más. Se ha observado que las niñas son las que más frecuentemente se ven afectadas.

Es difícil entender y comprender que un niño de cinco, seis o diez años se sienta abatido, desolado y desesperanzado, y esto se debe a que la niñez es una etapa de alegría infinita, de sueños y de ilusiones. Debido a esto se suele pensar que un niño nunca tiene situaciones o problemas que puedan hacer que su estado psicológico y emocional se desequilibre.

Hay que tomar en consideración que esta sintomatología no es igual a la padecida por los adultos, ya que está comprobado que el padecimiento es diferente en ambos casos. Sin embargo, la depresión en los niños es una realidad y los adultos debemos aprender a reconocerla ya que algunos de los síntomas causan confusión y entorpecen un poco la determinación de un diagnóstico preciso.

La depresión en los niños se asocia con irritabilidad, con cambios en los hábitos alimenticios, insomnio, pensamientos negativos, conflictos internos, además de mucha agresividad en el ambiente escolar y social.

El miedo que sienten los niños al no saber qué les pasa y al no tener un lenguaje tan vasto para comunicar que están enfermos y que se sienten mal, dificultan el proceso de detección temprana, porque se espera que los niños se comporten igual que un adulto deprimido.

Los niños no son capaces de hacerse cargo de su realidad, sobre todo cuando ésta es distinta del resto de sus pares. En la infancia, la tristeza puede manifestarse con llanto, siendo silencioso, con cambios en el tono de la voz, acortamiento de frases, enuresis, rechazo de la comida, cansancio o violencia. Los niños con altos niveles de tristeza presentan mayores desajustes con relación a sí mismos, a la escuela, a la familia y a la sociedad, proyectando su tristeza en todos los espacios de su vida.

La sintomatología depresiva en el comportamiento de los niños va desde un estado triste permanente, hasta desinterés en actividades propias de la edad. En el juego, los sueños y las pesadillas predominan los temas depresivos como culpabilidad, frustración, pérdida, abandono o suicidio, surgiendo pensamientos muy autocríticos que lo hacen disculparse continuamente y buscar la alabanza y la tranquilidad.

Se aprecia en gran medida una falta de interés y motivación por el rendimiento escolar y las relaciones con los compañeros, además de un cambio brusco en el comportamiento, encontrando payasadas en un niño que era antes callado o retraimiento en uno que era comunicador.

Respecto al comportamiento motor se pueden observar aumento de nerviosismo, agitación, torpeza y predisposición a accidentes, hiperactividad, conducta agresiva o perturbadora.

Si observas algunos de estos síntomas en tu niño/niña, es preciso una evaluación psicológica que determine el origen de la misma, estamos en la mejor disposición de ayudarte, Contáctanos.

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